La piedra de Saywite es un gran bloque de granito de más o
menos once metros de circunferencia, cuatro de diámetro y casi dos y medio de
alto, ornamentado en su mitad superior con una serie de complejas y misteriosas
figuras. El monolito contiene más de doscientas figuras fitomorfas, zoomorfas,
de accidentes geográficos y construcciones humanas talladas en un aparente
desorden y aprovechando los relieves y depresiones naturales de la piedra. Se desconoce
qué uso se le daba, pero estando en un centro ceremonial lo probable es que
tuviera una significación religiosa, quizá una representación simbólica del
univers o, como sostiene Federico Kauffman Doig, estuviese relacionado con el
culto del agua, una especie de gigantesca paccha, habida cuenta de los
receptáculos en los que podía empozarse la lluvia. Los felinos esculpidos
arriba serían, para este destacado estudioso "representaciones
naturalistas de Qhoa en actitud fertilizadora". Otros, considerando que
muchas figuras representan construcciones humanas, canales, escalinatas,
estanques, proponen que la piedra de Sayhuite fue una especie de plano o
croquis pétreo hecho por arquitectos incas para llevar el control de las obras
hidráulicas que realizaban. Saywite o Sayhuite es una zona arqueológica que se
encuentra ubicada en Perú, en la provincia de Abancay, distrito de Curahuasi,
en el complejo arqueológico del mismo nombre, en la ex hacienda Saywite
propiedad de la familia Valer a la altura del kilómetro 45 de la carretera que
conduce de Abancay al Cusco y a 3.500 metros sobre el nivel del mar.
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